No me duele que me ignore, ni que desaparezca, no me duele el saber que ella se ira y ya no regresará, me duele el hecho de darme cuenta de que nada de esto me importa, porque no eres tu y yo no amo a nadie más que a ti.
Hoy mi madre te mencionó en uno de nuestros pleitos de siempre y en verdad no entiendo su maldad (que aseguro que es totalmente in-intencional), pero se atrevió a recordarme que la temporada más feliz de mi vida la pasé a tu lado; me hizo ponerme a recordar el hecho de que tu eres a la única a la que puedo mirar a los ojos cuando le hablo, que solo a ti te podía soportar lo que fuera porque toda mi vida a tu al rededor era magia, absoluta magia.
Y ahora después de esa incómoda conversación, no me queda nada, absolutamente nada, solo este dolor insoportable de hace meses atrás y la horrible nostalgia que me produce pensar en ti, en tu nombre que no escucharé jamás en la vida, porque hasta eso es único en ti. No me queda más que afrontarlo y salir al mundo a dejarme morir sin ti o a seguir descansando mi amor loco en corazones asesinos que solo me irán quitando de a poco la vida, lo cual hace que mis dos opciones terminen en lo mismo, una muerte en vida, lenta y dolorosa hasta el fin.
TERMINO DE NUEVO COMO SIEMPRE, ADMITIENDO QUE TE AMO.